En la mayoría de los casos cuando comenzamos a fumar se convierte en un hábito muy fuerte, y necesitamos más que la simple determinación para romperlo. La decisión de dejar de fumar debe ser reforzado por pensamientos que enfatice las mayores ventajas que representa dejar de hacerlo, en comparación con las satisfacciones temporales de este habito. Por ejemplo el pensamiento positivo de verte emprendido en una nueva aventura, gratificante y no como un ser privado de un placer o ventaja.
- Lo primero que debes hacer para dejar de fumar es fijar una fecha (no demasiado lejos en el futuro) cuando el nuevo programa vaya a comenzar. Elige un momento en que estés libre de mucho trabajo y bajo estrés. Una vez que esta fecha de inicio está seleccionada, comienza la cuenta atrás diciendo: "Ocho días más" (o lo que sea el número de días) "y que estarán libres de este hábito nocivo."
- Anuncia la fecha límite para los familiares y amigos y alardea de tu determinación de dejar de fumar. Y así ellos podrán ayudarte con ese propósito cuando te vean descuidado.
- A continuación, práctica tu línea de razonamiento y que tanta voluntad tienes. Esto reforzará su determinación cuando el deseo de fumar se hace fuerte, más adelante. Piensa en estas situaciones a través del plan y cómo vas a evitar la tentación.
- Pon en práctica arreglos necesarios para mantenerte ocupado durante las comidas para evitar cualquier ocasión para batir a un cigarrillo. Puedes acudir a la goma de mascar o dulces para mantener las manos y los labios ocupado con otra cosa. No disminuir pues este es un plan para dejar de una vez por todas.
- Cuando la fecha de dejar de fumar llega, organiza una pequeña ceremonia, invita a tus amigos, aunque puede que te de vergüenza ellos son un gran apoyo y puedes contar con su ayuda, por ejemplo puedes ver como tiran tus cigarrillos restantes.
- A partir de entonces, centra tu atención en el progreso y felicítate a ti mismo al final de la primera hora, no que la victoria ha sido ganada, pero que está en su camino. Puede que no sea tan difícil abstenerse de fumar durante las primeras horas, sin embargo, llegará el momento cuando el ansia de un cigarrillo te amenaza con dominar. Tal vez algún poco de irritación se va a despertar en ti, y en este momento es cuando necesitas hacer referencia a tu línea de razonamiento. También existe el peligro de ser atrapado con la guardia baja cuando un “amigo” te ofrece un cigarrillo o se burla por ser un desertor. En este momento necesitas estar fuera de ti mismo y ver el funcionamiento, al igual que un padre podría observar un niño rebelde. ¡Sé fuerte! Demuéstrate que está en control.
- El impulso será fuerte, pero no es necesario dejar que te controle. El secreto está en persistir un segundo a la vez y espera a que el impulso comience a debilitarse. Contar los segundos y decirte a ti mismo "Cada segundo que aguanto me lleva más cerca al momento en que el impulso se debilita". Al cabo de un minuto la tentación todavía puede ser fuerte, pero eres el dueño de la situación. Prueba con un minuto después otro y otro hasta que se note que el impulso se está debilitando y se está controlando el deseo. El ansia de un cigarrillo se sigue repitiendo, pero el cigarrillo tiene en contra que cada éxito lo debilitará. Tu sentirás el orgullo personal de demostrar que estás al mando de tu conducta. La primera semana es la más difícil, después de haber resistido todo este tiempo, ya puedes comenzar a decir que sería una tontería hacer copia de seguridad ahora. Mantén las felicitaciones por tu éxito, y sigue contando las ventajas de tu libertad de fumar.
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